¿Cómo afectan las catástrofes naturales a la salud mental?
Son pocos los que no han llegado a ver las imágenes del volcán en erupción de La Palma (Islas Canarias). Y es que en España estamos poco acostumbrados a vivir desastres naturales de esta magnitud. Me gustaría hablar hoy de cómo afectan estas catástrofes a la salud mental.
Como sociedad, nos volcamos en la ayuda desde un punto de vista logístico: ¿dónde van a vivir las personas que se han quedado sin casa? ¿cómo nos organizamos para que no falte comida y ropa? Sin embargo, se hace poca referencia al efecto de vivir eventos catastróficos desde un punto de vista psicológico, ya que suelen dejar secuelas que no son tan evidentes como la pérdida de bienes físicos.
¿Cuáles son las secuelas más frecuentes en adultos tras una catástrofe natural?
A pesar de que cada persona tiene una manera única e individual de reaccionar, hay ciertas patologías que son frecuentes ante eventos adversos como la erupción de un volcán, un terremoto o un tornado. Al fin y al cabo, es común presenciar lesiones graves o experiencias cercanas a la muerte; ser testigos de la devastación entre amigos, familiares, y vecinos; y sufrir la pérdida irreparable de posesiones y propiedades.
Las secuelas más características son:
- Ansiedad y estrés ante un futuro incierto, ante la pérdida de bienes y de recuerdos: ataques de pánico, tensión fisiológica.
- Depresión: bajo estado de ánimo, pérdida de interés por actividades que antes se disfrutaban, baja autoestima, falta de apetito.
- Trastornos de sueño: problemas para conciliar o mantener el sueño.
- Trastorno de estrés postraumático: pesadillas o recuerdos intrusivos relacionados con la catástrofe, la evitación de noticias o conversaciones relacionadas con lo ocurrido, irritabilidad.
¿Qué puedo hacer si me siento identificado con alguna de estas secuelas?
Es muy común sentir alguno de estos síntomas inmediatamente después de la catástrofe. Si no desaparecen al cabo de un mes e interfieren negativamente en diversas facetas de la vida cotidiana, es fundamental acudir a salud mental. Mientras tanto, estos consejos pueden ser de utilidad:
- Discernir lo importante: Haber sobrevivido una catástrofe es más importante que haber perdido la casa. Al fin y al cabo, un hogar se puede reconstruir.
- Aprender a tolerar la incertidumbre: Hay eventos que podemos controlar y otros que no, y un desastre natural puede ponerlo de manifiesto Es más eficaz centrarse en los que sí son controlables.
- Crear un grupo de apoyo emocional entre personas que han vivenciado el desastre natural puede ayudar a sentirse acompañado en un momento duro.
- Establecer nuevas rutinas: Nos ayudan a permanecer en el presente y sentirnos anclados y seguros.
Blanca Alcanda, Gabinete de Psicología.
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