Experiencias traumáticas Covid-19
Existe un alto riesgo de que un amplio colectivo de personas, por causa de la pandemia del Covid-19, puedan desarrollar síntomas psicológicos graves y experiencias traumáticas. Los colectivos más vulnerables son las víctimas que han sobrevivido al desarrollo de la enfermedad Covid -19, y los familiares afectados por el fallecimiento o por la enfermedad de un ser querido. Pero además de estos casos evidentes, también hay otros colectivos en riesgo, como son las personas, qué por su edad, hayan podido sentir su vida seriamente amenazada, y por supuesto, el personal sanitario, que está expuesto reiteradamente a los efectos de la pandemia.
Me gustaría también hacer un llamamiento a algunos medios de comunicación que, en su afán de competir con las redes sociales, se detienen en las noticias alarmantes o morbosas, con imágenes impactantes que no aportan valor informativo. Este tipo de periodismo puede afectar a personas con alta sensibilidad, ante la vivencia angustiosa de las reiteradas noticias dramáticas. Las “fake news” hacen estragos en la salud psicológica de la sociedad, que atiende con sorpresa noticias desconcertantes y contradictorias.
Los síntomas psicológicos se podrían manifestar como recuerdos angustiosos y recurrentes sobre los sucesos acontecidos, que suelen ser intrusivos, involuntarios y repetitivos. También pueden aparecer sueños angustiosos cuyo contenido está relacionado con los sucesos vividos, incluso llegar a tener escenas retrospectivas en los que la persona siente y actúa como si se repitiese la situación, llegando a padecer, en su expresión más extrema, una pérdida de conciencia sobre el entorno presente.
Toda esta experiencia, puede provocar un malestar psicológico intenso, reviviendo de nuevo la situación ante estímulos externos e incluso internos, que tienen alguna similitud o le recuerda el suceso. Estas vivencias pueden venir acompañadas de reacciones fisiológicas intensas.
Reacciones ante experiencias traumáticas
La reacción más habitual ante estas experiencias traumáticas es la evitación a estímulos asociados a los sucesos ocurridos, que podrían materializarse en la realización de esfuerzos para evitar el recuerdo (situaciones internas) o evitar situaciones externas que puedan rememorar lo ocurrido (a veces son objetos, colores, olores, lugares, conversaciones, etc.).
Al final, estas alteraciones negativas cognitivas y del estado del ánimo, van empeorando, llegando a provocar incapacidad de recordar algún aspecto importante del suceso, creencias o expectativas negativas sobre uno mismo, los demás o el mundo en general, percepción distorsionada de las causas o consecuencias del suceso, desgana para realizar actividades que antes eran gratificantes, desapego con los demás o incapacidad de experimentar emociones positivas. También se puede ver alterado el comportamiento, con arrebatos de furia, irritabilidad, sobresaltos, problemas de concentración y/o sueño e incluso actos imprudentes, autodestructivos o ideación suicida. Todos estos síntomas pueden darse de forma inmediata o retardada.
Estas alteraciones podrían generar dificultades en el ámbito laboral, social u otras áreas importantes de funcionamiento. Si gran parte de estos síntomas se están produciendo, podemos estar ante un caso de “Estrés agudo” o incluso, si la situación se prolonga más de un mes, ante un caso de “Estrés Postraumático”.
En algunas personas los síntomas se decantan por una reexperimentación del miedo, en otros, afecta a un estado del ánimo disfórico, mientras que en otros casos se produce reactividad e incluso síntomas disociativos, pudiendo una misma persona llegar a experimentar todos los síntomas.
Si los síntomas están presentes y no hay una mejoría en corto plazo de tiempo, es recomendable acudir a un psicólogo. Existen terapias para abordar este tipo de vivencias, la terapia cognitivo conductual tiene buenos resultados.
Blanca Alcanda, Gabinete de Psicología.
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